El mensaje del evangelio de Cristo se encuentra profundamente enraizado en la redención y la aceptación de su sacrificio, un acto verídico que demuestra el inmenso amor de Dios hacia toda su creación. Sin embargo, este amor divino también ha revelado la existencia de las tinieblas, desafiando a cada creyente a confrontarlas activamente en el contexto de una constante batalla espiritual, amparados por la autoridad que les ha sido otorgada.
Nuestro ministerio se dedica a desvelar las fuerzas ocultas de las tinieblas, iluminándolas con la luz del Espíritu Santo. Este Espíritu, otorgado por Jesucristo en estos tiempos finales, sirve como nuestro protector y guía, honrando y glorificando a nuestro Padre Celestial a través de nuestras acciones y testimonios.